domingo, diciembre 29, 2013

El internet como aprendizaje

Actualmente resulta obvio hablar de internet. Gran parte de lo que ahí se genera tiene gran importancia en nuestra vida cotidiana –aunque esto obedece a un criterio generacional; se ha convertido en el principal medio para adquirir información, si bien no es exactamente comunicación. Tantas veces se ha dicho que el internet no es la realidad y a pesar de ello constituye un lugar al que destinamos nuestro tiempo y nuestra atención a diario; problematizar el concepto de mundo aquí sería muy interesante, pero desviaría la atención del tema principal del texto. Sin embargo, es válido afirmar que el internet constituye nuestro mundo en tanto que forma de lo que nos rodea, nos es inmediato y de alguna forma nos relacionamos con ello. Ahí sucede buena parte de la comunicación, es una fuente de información vastísima que cubre desde música, cine, noticias, literatura hasta (por qué negarlo) la pornografía.
No percibo al internet como un medio de comunicación, porque me parece que el grado de interacción es relativo. Al final, los comentarios, los mensajes, los correos y conversaciones a distancia son formas de encontrarse consigo mismo. En cierto modo el internet es un gran espejo donde los límites son los que fija cada quien, los que conoce cada quien; por eso, el uso que se hace del internet debería estar guiado por la responsabilidad personal. Aunque debemos estar conscientes de que el internet nos condena a una obsolescencia más fuerte y cada expresión nuestra se vuelve muy pronto más vieja y triste que un tomo de enciclopedia.


Recomiendo estas pláticas con un par de escritores mexicanos, Juan Villoro y Frabrizio Mejía Madrid, acerca de temas afines.

sábado, diciembre 28, 2013

Descuento de tiempo

Sería bueno comprar libros, si se pudiera comprar a la vez el tiempo para leerlos; pero casi siempre se confunde la compra de los libros con la apropiación de su contenido.
Arthur Schopenhauer

Percibo al tiempo como un conflicto. Aparte de tratarse de una sustancia difícil de explicar, el tiempo se presenta como un problema digno de resolver. Nuestra vida está en el tiempo y parece que éste no nos alcanzará para satisfacer todos nuestros deseos y propósitos. Todos los libros por leer, todos los sitios por visitar, todas las películas por ver, tantas cosas por conocer –tanto trabajo por hacer; desde el punto de vista de las expectativas nuestras vidas quedarán incompletas. El absoluto nos condena pues somos efímeros y mudables, la prisa y los límites de tiempo nos obligan a pasar a lo siguiente, el instante con su imbatible paso (su muerte incesante) nos arroja al desasosiego, nos enfrenta de nuevo a realizar nuestra labor. Ése es el sentido de cada fin de año, el mejor ejemplo de esto es el mito de Sísifo.
¿Y el tedio? También es un enigma que invita a proponer respuestas. Esta ilusión negativa de que la vida se perpetúa surge de no saber a dónde se dirige, o bien, de que ella tiene un sentido que ni siquiera vale la pena explorar. Acaso la vida sea el tema más subjetivo de todos: cada quien otorga su valor y trascendencia, que no se cuenta con criterios humanos y temporales.

lunes, diciembre 16, 2013

Paréntesis de política: Reforma energética



Las reacciones ante la aprobación de la reforma energética en la cámara de diputados el pasado jueves 12 de diciembre han sido múltiples, esto es comprensible dada la importancia de la ruptura que ella representa. Con esto sólo me propongo expresar mis observaciones, que naturalmente no carecen de errores, defectos u omisiones. En este momento me interesa analizar el tema desde el punto de vista político, concretamente abordar al partido que impulsó esta reforma. Tal es el Revolucionario Institucional que, a mi criterio, con esta reforma ha prescindido de su título de revolucionario, ha olvidado sus orígenes y negado su pasado. Sus miembros (no solamente el Presidente de la República, también algunos secretarios de Estado y sus legisladores) han desechado uno de sus mayores referentes históricos, el 18 de marzo de 1938, a cambio de una feroz ambición y beneficios económicos que sólo ellos gozarán. Es innegable que la administración de la industria energética no ha sido la mejor en sus manos, pero el argumento opuesto, el que los priístas han defendido durante el periodo de discusión de las reformas constitucionales, es menos benéfico para la industria en nuestro país.

No se trata de nacionalismo, eso puede quedar de lado cuando se descubre algo más preocupante. Además de lo que ya ha sido expuesto arriba, se ve detrás de todo un adelgazamiento del Estado mexicano, o dicho de otro modo, una ignorancia de las condiciones que han permitido su estado actual. La presente administración llegó al poder con la garantía de que se trataba de “un nuevo PRI”, pero ni siquiera eso justificaría que las funciones del Estado sean delegadas a empresas de capital privado. Independientemente del partido político al que cada quien apoye, los representantes de los poderes deberían defender la soberanía del país y la fortaleza de sus instituciones (la incesante violencia es un ejemplo de que esto no se lleva a cabo), aunque parece que los políticos lo entendieron al revés. Esta es la prueba de que la democracia en México no existe: el voto y las expectativas de los mexicanos no importan para los políticos cuando se privilegian sus propios intereses.





PS. Pregunta sin ánimo de ofensa: ¿Dónde están los Historiadores frente a los problemas sociales?

                                                 

viernes, diciembre 13, 2013

Palabras



Pienso en el sentido estético de las palabras, en la responsabilidad que conlleva escribirlas y en la profundidad de su contenido. Las palabras no son únicamente sonidos o unidades de significado, tienen otros componentes que son menos evidentes: aparte de los elementos morfológicos y el carácter sintáctico que poseen, las palabras escritas están hechas para ser vistas. Tenemos a la tipografía que las reviste y les da una presentación digna; tenemos al soporte, superficie que da sentido a los textos; finalmente, encontramos en un texto terminado la voluntad implícita de su autor, el resultado de un proceso de redacción –escritura, revisión, corrección– donde lo ideal es encontrar la palabra adecuada, sencilla, austera.
Purificarse en la palabra. Se trata de un acto puramente ético, una respuesta a la sordidez cotidiana, al mal gusto y a la precipitación con que frecuentemente nos expresamos. Además, el uso del lenguaje mediante la precisión y la sobriedad sirve como ejemplo para enfrentar de otro modo la adversidad en que vivimos.  

martes, diciembre 10, 2013

Apertura



Mi nombre es Sergio, tengo 23 años. Estudié historia. Debo iniciar con una confesión: me cuesta demasiado esfuerzo expresarme, aún más escribir; soy increíblemente tímido y, sin embargo, me he apropiado de muchos espacios, sin expresar algo original: lo que la mayoría tiene, un monólogo al que nadie atiende, junto imágenes del pasado y citas literarias que me gustan, organizo otras imágenes en tableros y llevo la cuenta de los libros que leo. Sé que abrir un espacio para registrar mi pensamiento será difícil, aunque reconozco que esto es una minúscula parte de este universo inagotable y mi aportación es nula.

Este es el intento de un testimonio de mi presente, no es mi voz, tampoco será mi diario. Empieza aquí pero no sé hasta cuándo siga ni cuándo terminará. Ni siquiera es un proyecto, mejor, es un experimento, como cualquier otro, motivado por la curiosidad y la necesidad de experiencia. No pondré reglas ni tendré expectativas. Agradezco tu mirada y que tu atención haya llegado hasta este punto, espero que regreses.