viernes, septiembre 18, 2015

Agripina

Grabado de José Guadalupe Posada

¿Qué país éste, Agripina?
-Juan Rulfo, "Luvina"
No hay periodo en la historia, en el que México viviera una crisis tan grave como la actual. Ni siquiera en 1847.
-Alfredo Ávila

El mes de septiembre es para los mexicanos la mayor oportunidad para experimentar el nosotros de nuestra historia. Se habla de identidad y de un orgullo un poco forzado, también descubrimos errores (anacronismos) y concluimos que nuestra historia necesita ser contada de nuevo para comprenderla de manera adecuada. Terrible dialéctica: desconocemos nuestro pasado y deploramos el presente; los héroes nacionales son fantasmas con una conducta ideal –o son personas de carne y hueso del pasado sin calidad de héroes. 

Vivimos un presente tan conflictivo que me resulta difícil entenderlo. Las confrontaciones entre políticos, empresarios, partidos y criminales me resultan lejanas, en principio, porque no tengo ni una fracción de lo que ellos poseen. Por eso resulta curioso que existan personas que pretendan participar en esa confrontación desde aquí abajo. Durante este año (de septiembre pasado al corriente) hemos presenciado actos muy oscuros y lamentables; en el fondo, sabemos muy poco de esa confrontación, ellos han querido demostrarse cuánto poder tienen, pero ¿los que nada tenemos?


Otra característica de nuestro pasado inmediato y de nuestro presente se encuentra en la desproporción. En un sentido general, puede pensarse que nuestra época es tan defectuosa por la enorme desproporción que tienen nuestros actos. Algunos ejemplos: los costos de la corrupción, ciertas manifestaciones de clasismo y faltas a la convivencia social, el lenguaje apasionado en la crítica a los políticos en internet, el uso de la fuerza para mancillar al prójimo.


Nuestra realidad es la mentira. Todos los mexicanos mentimos, no sólo los gobernantes ni los medios de comunicación; lo malo es que las palabras (esencia de la mentira) tampoco representan un cambio: ni los libros de historia, ni los discursos de los políticos, ni las columnas periodísticas, ni los mensajes en redes sociales, ni textos como este modificarán sustancialmente la situación de este país si no comprendemos y tratamos de actuar para que se transforme el verdadero sentido de los siguientes conceptos: vida, respeto, división de poderes, desigualdad, descomposición social, corrupción. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario