viernes, septiembre 18, 2015

Mi estéreo es héroe nacional

Sergio Toledano. Soldados en Avenida Juárez, 19 de septiembre de 1985, 10:00 hrs, Ciudad de México, 1985


Este texto parte de "Mójate los labios y sueña: La verdadera edad de oro del rock capitalino, 1985-2014" del escritor mexicano Julio Martínez Ríos, donde ensaya una serie de aspectos que determinaron la cultura popular desde 1985 hasta el final del año pasado. Mi intención es más limitada: asentar esos aspectos a un determinado número de canciones seleccionadas por mí.
Violencia o baile son las constantes temáticas de la presente lista de canciones, entre esas alternativas pueden agruparse al menos en esta ocasión las expresiones musicales populares en nuestro país –aunque acaso puedan extenderse a un periodo más extenso. Es posible considerar al baile y a la violencia como dos fenómenos sociales muy inmediatos porque los hemos experimentado tantas veces; asimismo, baile o violencia son consecuencias del movimiento, dinámicas que demuestran la caótica vida de las ciudades; por último, hay algo de marginal o periférico en ambas actividades, al menos por esta razón resulta interesante escuchar su tratamiento en las canciones. 
Derivado de lo anterior el lenguaje suele ser directo, frontal (no puede haber violencia elusiva). La crítica social suele ser un elemento importante en las letras de estas canciones, pero no es lo único ni lo que predomina; si se puede generalizar para una comprensión uniforme, podría decirse que el lenguaje de las canciones pretende abordar la realidad objetiva desde una postura ingeniosa y transparente.
Si se dividen esos treinta años quedan dos mitades de quince años por siglo. Es decir, quedan a la misma distancia del año 2000, con todos los significados que esto tiene, el pasado y el presente con el fin de notar las semejanzas. Del ’85 al día de hoy han pasado por lo menos dos generaciones de hombres y los cambios políticos, económicos y sociales parecen ser pocos: la inconformidad opera muy poco en contra del deterioro cada vez más evidente de la clase política; una ciudad que sobrevive a la destrucción y que a cambio, crece y se multiplican sus habitantes; el estado de alerta que representa la violencia; la desigualdad y las diversas formas de habitar y entender el espacio público... Cambian los soportes y la forma de relacionarnos con la música pero debido a la importancia de la tradición, canciones de hace veinte o treinta años siguen vigentes. 
Sin duda la cantidad de canciones es muy ajustada, pues sólo se trata de una muestra que incluye principalmente ejemplos que me gustan y conmueven demasiado. Faltan grupos de verdadera importancia como Porter, Pastilla, División Minúscula, Lost Acapulco, Yokozuna o Santa Sabina, y cantantes como Natalia Lafourcade, Charlie Monttana o Jaime López, y actos que son previos al ’85 pero sin duda han mantenido su relevancia, me refiero a Rodrigo González, Botellita de Jerez y El Tri. Probablemente entre las fechas que refiero, donde han sucedido tantos hechos lamentables, una de las cosas con menos importancia sea la música que, sin embargo, siempre es un sitio propicio para la convivencia y la identidad y porque nos remite al pasado a través de la memoria personal.

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