viernes, junio 27, 2014

Nivel mundial (VI de XI)

Roberto Carlos, lateral brasileño que jugó en tres copas mundiales entre 1998 y 2006. Fue campeón en 2002.



Mediotiempo. 1. Con la segunda fase inicia una especie de mini torneo más intensa, en la medida que la supervivencia de cada equipo se disputa en cada duelo, el mérito de haber llegado hasta aquí se reconoce pero pocas veces trasciende en la memoria si no se es campeón. 2. El reglamento otorga quince minutos para descansar, pero también para replantear la estrategia, realizar cambios, demostrar algo distinto con la esperanza de obtener mejores resultados en la siguiente mitad. En resumen, es una opción para cambiar el futuro. 3. No existe tal cosa como un “espectáculo de medio tiempo”, porque los jugadores se encierran y se aprovecha para aventar publicidad o contenidos poco interesantes; se trata de un periodo de encierro donde cuenta más lo que no se expresa.

Maltiempo. 1. Las líneas de la cancha –y los noventa minutos– marcan un límite inmenso entre lo que está adentro y lo que está afuera. A mi juicio, lo más interesante (lo más importante) está adentro: dos equipos de once jugadores que compiten cada partido en este torneo, hasta ahora hubo buenos juegos, con plena ambición de seguir avanzando y llegar a los primeros puestos; afuera la atención se ha centrado en otros temas, como las diversas formas de humorismo en los memes, polémicas por la expresión de cierta palabra mexicana o el castigo a L. Suárez, más todas las horas de televisión y radio, comentarios en la prensa o en internet en torno a este tema, pero que poco tienen que ver con los partidos y con la actividad de los futbolistas –y, a su vez, es la forma de hacer sentir que todo mundo en efecto participa. 2. La alegría provisional que genera observar un juego de futbol: causa distracción, esparcimiento y emociones de empatía o rechazo. Todo mundo tiene derecho a la esperanza –aunque no garantice buenos resultados. 3. Por último, miedo a que durante el mundial se haya concretado en secreto un enorme despojo.

Puto viene de putotzín, del náhuatl, y significa: despejas de la chingada...¡Cómo están los chicharrones!...Un golecito nuestro y le pongo Croacia a mi hija…¡Ahí va el pinche Chícharo!...¡¡Mé-xi-co!! ¡¡Mé-xi-co!! ¡¡Mé-xi-co!!| Un mundial sin mexicanos es como un taco sin chile.| Desconozco en qué estadio y en cuál de los muchos insulsos partidos de la liga mexicana de fútbol nació el rito, pero supongo que así de aburrido e insulso estaría el juego (o así de odioso y siniestro era el portero que suscitó la puntada), pero consta que la babosada anónima se volvió tan litúrgica como la Ola, esa marea de supuesto entusiasmo forzoso colectivo que en ocasiones llega distraernos incluso de las mejores jugadas o nos llega a ahogar con la salada espuma de las cervezas que se desparraman en el oleaje justo en el instante de un gol... Si la fifa quiere volverse gramática sería aconsejable que definan de una vez su postura ante palabras como Robo, Engaño, Mentira, Impunidad, Despilfarro, Autarquía o Oligarquía.| Son infinitas las formas para designar en nuestro país a los gay, unas más peyorativas que otras. Desde joto hasta puñal, recorriendo un abanico interminable y abigarrado. A menudo, sin embargo, dichos vocablos se emplean designando más al cobarde que al propio homosexual... Los jerarcas de la FIFA que se escandalizan no entienden bien de qué están hablando. Y lo asocian a la homofobia. Cuando a lo mejor, al irritarse, se están poniendo el saco.| El arbitro "Chiquimarco" no vio el mordisco de Luis Suárez, tal vez porque en México la "mordida" es invisible.
Hablaron: algunos aficionados mexicanos, Trino, Jorge F. HernándezMarcelino Perelló y Juan Villoro.

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