jueves, marzo 27, 2014

Cada vez que cierres tus ojos (IV y última)




Si este es el cielo, no sé para qué sirve. Si no puedo encontrarte ahí, no me importa. El compromiso en una banda de rock está más allá de posturas políticas, se trata de observar con novedosa sensibilidad el estado en que se encuentra el mundo en que vive; el compromiso, en fin, consiste en encarnar ese otro lado de las cosas no tan perceptible. Arcade Fire siempre ha sido un grupo comprometido con su tiempo. Si se atiende a la propuesta de Julio Martínez Ríos, que sostiene al rock como forma narrativa, este grupo amplía ese terreno narrativo a todos los aspectos que los componen: parte importante del discurso está fuera de las canciones (música más letra) y se lee en el contenido simbólico que envuelve todo esto: el baile, el vestido, los coros, los distintos efectos en las presentaciones en vivo; en el arte de los discos y los elementos recurrentes que lo conforman. Otros temas que conforman la columna vertebral de su actualidad, la muerte y la nostalgia: una fuerza que motiva la expresión artística; la adolescencia como metáfora absoluta del desencanto; la oscuridad como representación de las creencias religiosas; lo angustioso de “crecer” en un suburbio; en últimas fechas,  el espejismo de la esperanza.

Nada más original, nada más propio que nutrirse de los otros. Pero es preciso digerirlos. El león está hecho de cordero asimilado.

-Paul Valéry

Ha pasado tanto tiempo desde que te vi. No sé dónde, pero no estás conmigo. Las influencias de una banda de rock no se limitan a la índole de lo musical; en estos días, para desarrollar su discurso, esta banda canadiense se ha nutrido de numerosas fuentes para desarrollar su discurso. Puedo notar claramente elementos de la historia del cine (desde el cine mudo, hasta colaboraciones con Spike Jonze, notable realizador contemporáneo), de la gráfica y el arte contemporáneos, incluso de la moda. Si observo la genealogía musical que los antecede, encuentro que son herederos de una tradición antes que de un movimiento o una serie de artistas: la del álbum conceptual –cada álbum tiene un tema definido, que es explorado en cada rubro antes señalado; dentro del rock, este grupo es cercano a The Clash, a David Bowie, a Bruce Springsteen, al sonido de la música independendiente de la década de 1980. La clave de su propia originalidad se encuentra en la asimilación de esos elementos, como lo señaló Valéry. De esta manera, Arcade Fire es trascendente en la medida que son más que el sonido de estos tiempos que transcurren; acaso el fin último de un grupo de rock sea el de contribuir a la definición de una época.

lunes, marzo 24, 2014

Cada vez que cierres tus ojos (III de IV)




Tanto dolor para alguien tan joven. La noche del domingo 13 de febrero de 2012 en la entrega de los Grammy, Arcade Fire cerró la ceremonia y además recibió el premio a mejor álbum de ese año por The suburbs. Interpretaron la veloz Month of may y finalizaron con Ready to start. En el fondo, lo que se observa es la consolidación de la independencia ante el gran público; pero esto no implica de ninguna manera concesiones o una dirección distinta a los intereses del grupo. La interpretación que hicieron de Month of may es prueba de ello: una canción agresiva, de energía desatada, las figuras de los músicos apenas si se pueden ver entre las luces estroboscópicas y los ciclistas que los rodean –gracias a las cámaras que portaban en su casco pudimos verlos de cerca en televisión. El grupo aún es independiente musicalmente hablando y en cuanto a actitud y estética. La síntesis de independencia y popularidad les beneficia en tanto que su mensaje se fija en más personas y se ganan la oportunidad de realizar colaboraciones importantes.

Estos días se sienten como que mi vida no tiene un propósito. Todos hacen todo, todos usan uniforme, generalmente ropa negra. Hay una palabra que los define: son una escuadra. Hay muchos aspectos notables en su acto en vivo, las luces y las proyecciones son importantes pero son el telón de fondo y no protagonizan, el grupo no se sirve de ellas para que el espectáculo atraiga la atención. El show en vivo es intenso en la medida de la entrega y el ánimo demostrados por los músicos. Indiscutiblemente, el líder es Win Butler: al frente de la banda es notorio por su enorme estatura y por su voz atormentada; su actitud siempre es fuerte, desafiante, interpreta cabalmente la desesperación de sus canciones; resulta impresionante cuando se mezcla entre el público. Su esposa Régine Chessagne parece ser lo opuesto y entonces la pareja logra un balance que se extiende al grupo: ella es su vocecilla y su actitud grácil, su encanto cuando baila y su presencia múltiple: canta, toca el acordeón, la batería, el teclado, el xilófono y la insólita zanfona. Los acompañan dos guitarristas, Tim Kingsbury y Richard Reed Parry, que también cumplen con otros instrumentos (bajo, acordeón, tambores y otras percusiones, además de los coros). El baterista Jeremy Gara baja en un par de ocasiones a tocar la guitarra. William Butler es por sí mismo un espectáculo, además de los instrumentos que ejecuta (piano, guitarra, bajo y percusiones), baila canta grita salta extiende los brazos incansablemente. La formación de la escuadra es completada en distintos momentos por Sarah Neufeld y Marika Shaw en el violín; Owen Pallett, violín y teclados y los percusionistas haitianos D. Edmond y T. Duprate. Encuentro en la versatilidad del grupo una identificación plena con la generación que los sigue.

viernes, marzo 21, 2014

Cada vez que cierres tus ojos (II de IV)



Puedo saborear tu miedo. El escritor norteamericano John Kennedy Toole (1937-1969) escribió a la edad de 16 años la novela La biblia de neón. El protagonista de la narración es David, un jovencito que vive con su madre y su tía en un pueblo apartado en el sur de los Estados Unidos; la pobreza, el dolor que provoca la Segunda Guerra Mundial (su padre murió en combate), la mediocridad de la educación básica, el mañoso e interesado papel de la iglesia católica en las vidas de los habitantes, en fin, la desesperanza, marcan el tono trágico de esta magnífica novela inicial. En La biblia de neón se encuentran situaciones y temas que Arcade Fire exploraría en todo este tiempo: la tristeza de perder a los seres queridos, la denuncia a la hipocresía de la religión, la falta de expectativas por vivir en un lugar remoto, también el júbilo que provoca el baile; la angustia juvenil, la furia y la desesperación, el valor de la vida…

Entre el resplandor y el inicio del sueño. El rasgo esencial de este grupo se encuentra en la importancia del canto como expresión enérgica, como factor de comunidad en los concierto, como demostración de su habilidad para componer canciones memorables. La sencillez de las formas no mancilla la importancia: en unas pocas sílabas los músicos han establecido el mensaje, mediante su repetición constante establecen la conexión con el receptor –aquí radica su efectividad para conseguir éxitos y llegar a un público más numeroso. La característica formación también permite que los coros se vuelvan monumentales y que parezcan cantos religiosos o gritos de batalla. La lección es muy clara: la paradójica ambición en la popularidad de encontrar melodías fáciles de recordar no comprometen ni restan la calidad artística de sus canciones. Citaré algunos ejemplos muy conocidos: Wake up, Rebellion (Lies!), Keep the car running, No cars go, We used to wait, Sprawl II (Mountains beyond mountains), Afterlife y Here comes the night time.