A diferencia de The social network (David Fincher, 2010) que me pareció una película aburrida pero narra el origen del poder y la conducta de Mark Zuckerberg –creador de Facebook–, me parece que Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance) (Alejandro González Iñáriitu, 2014) enriquece formalmente y lleva a un nivel más complejo la relación entre la narrativa cinematográfica y el fenómeno actual de la interacción en redes sociales electrónicas, especialmente Twitter para este caso.
Pienso que el aspecto formal de Birdman es su rasgo definitivo, que la hará trascender en el
futuro. Lo que encierra el nombre técnico de falso plano-secuencia puede
explicarse de manera sencilla por el concepto de duración: la historia que se
cuenta se desarrolla en cuatro o cinco días en la vida de los personajes, pero
para nuestra mirada dura cerca de 120
minutos, aparentemente sin cortes, todo
en continuidad. Para mí, esto se asemeja a la experiencia de estar en Twitter
porque ahí todos los contenidos se presentan ligados (notas periodísticas,
citas, fotografías, diálogos o interacciones) y aunque cada uno de estos sea
generado independientemente, de nuevo, nuestra mirada concatena esa dispersión
para uniformarlos, además de que todo forma parte de un mismo sitio, ocurre
dentro de la misma página. Aparte, no me parece sólo una consecuencia que tanto
el título de la película como Twitter aludan a las aves.
(Vía) |
Birdman es también
una película sobre la actuación. El protagonista Riggan Thomson (interpretado
por Michael Keaton), actor venido a menos, intenta presentar en Broadway su
adaptación del cuento de Raymond Carver “De qué hablamos cuando hablamos de
amor”, esto contribuye a dar profundidad a la película porque existe una enorme
tensión entre los hechos de la “vida real” (el peso del pasado y la fama del
protagonista), los ensayos y la puesta en escena ante un público de críticos y
especialistas.
La reflexión, por supuesto, no se limita al ámbito
cinematográfico o teatral; la voz de Birdman, el personaje emblemático detrás
de Thomson, lo persuade de su importancia, de sus posibilidades y de su poder –es
decir, la voz que sólo se escucha dentro de su conciencia es lo que determina
al mismo tiempo sus preocupaciones y sus decisiones. Sintetizo ambos temas, las
redes sociales y la actuación: tal vez Birdman
se refiera a la voz que escuchamos en nuestro interior y que nos motive a
actuar ante un público aparente o real (nuestros seguidores) donde
representamos un papel y es necesario mostrar nuestras virtudes y mantener el
interés o entretenimiento ante los demás; de ese modo, nuestras vidas se han
convertido en un acto teatral.
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