viernes, septiembre 19, 2014

Re, a veinte años (III de V)



No sé si volveré a salir. Lo que nos fascina del metro son sus contradicciones; lo atractivo es la fealdad, la suciedad y la mugre de ese transporte que es de todos y por lo tanto es un retrato de quienes nos transportamos en él: si quieres conocer la ciudad, camina por ella, pero si quieres conocer a los ciudadanos, aborda el metro. Ahí se conocen los rostros de los habitantes, pero también las formas de vestir, de hablar, de moverse, de caminar, de leer, de ser amable o tener mal genio, en una palabra, de convivir. Pasajeros bueyes: los empleados, los abogados, los estudiantes, los vagoneros, policías, pordioseros, turistas, ancianos, niños y sin que hacer –y de vez en cuando es posible encontrarse a un famoso. Las contradicciones continúan: el tema reciente de la corrupción política y un proyecto mal realizado, y que los túneles y la oscuridad sean un medio apto para transportarse, y que de un espacio tan austero hayan resultado tan buenas canciones, cuentos, ensayos, etcétera.
Esta vez intentaron hacer jazz. 
El metro, E. Del Real, 3:45 mins.





Bailando caballito con la banda cafecitos. Espero que no te moleste la música tradicional de cierta región del norte del país, aquella de los ritmos trepidantes para bailar muy estrecho con la pareja, la de las letras irreverentes o sobre amor o sobre las fiestas o sobre todo esto junto; esa misma música que se escucha en la Qué hueva, en La Treta, en La más perrona, en Vende-máiz y anexas, donde se promueve que dediques las canciones como si fuera una serenata a distancia. A pesar de su dudosa calidad, de la pobreza de sus palabras y de que se encuentra en prácticamente cualquier lugar, esta música es responsable de delinear los sentimientos de una buena cantidad de personas pues les da expresión a lo que no pueden decir con su propio lenguaje y sonidos para bailar, estos ritmos que representan su júbilo o su dolor. Una cuestión por responder sería conocer por qué ellos se han conformado con escuchar solamente eso.
Esta vez intentaron hacer una fusión del rap con la quebradita, además de una referencia a la ciencia ficción.
El fin de la Infancia, J. Rangel, 2:18 mins.




La ciudad de los palacios va dejando paso al alba. Estar ahí temprano para quedarse inmóvil, porque en las primeras horas de la mañana todos quieren pasar primero no importa si es en el metro, el metrobús o en el auto por cualquier avenida. En la disputa permanente por un espacio dañamos a alguien sin notarlo. Somos demasiados. Seguramente varios estamos aquí de sobra.
Esta vez intentaron hacer un bolero irreverente. 
Madrugal, E. Rangel, 1:08 mins. 

El Pez, por Silvia García.


Todo es movimiento. Generación de lujo, otras obras que aparecieron en 1994. 
Blanc, Dir. Krzystof Kieslowski

Blur, Parklife

Crumb, Dir. Terry Zwigoff

El rey león, Dir. Rob Minkoff & Roger Allers
Forrest Gump, Dir. Robert Zemekis
Friends, primera temporada
Green Day, Dookey
Jeff Buckley, Grace
Nine Inch Nails, The downward spiral
Portishead, Dummy
Pulp fiction, Dir. Quentin Tarantino
The Cardigans, Emmerdale
The professional, Dir. Luc Besson
The Stone Roses, Second coming
Weezer, Blue album
Esta vez intentaron hacer una canción existencialista. 
Pez, J. Rangel, E. del Real, 2:58 mins.


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