martes, abril 29, 2014

Una sombra

En los días más tristes parece haber una pared tan rotunda como las decisiones definitivas: no existe otra perspectiva que la de lo imposible. Da la impresión de que en el camino hubo un rumbo ahora interrumpido, un cuerpo roto o una marioneta sin hilos. Pero todo lo que no funciona debe componerse –desechar algo es una decisión radical. Los deseos son casi nada por irreales, pero se parece a nosotros y nos acompañan, acaso nos despiertan una esperanza; los deseos son una ilusión. Pero ¿qué hacer cuando parecen acabarse los deseos? Una sombra es una ilusión: es la proyección en negativo de un cuerpo sobre un plano; también es casi nada: no existe sin luz y es más pasajera que los deseos. La sombra es el rostro oscuro de los cuerpos –por eso ahora vivo como una sombra, niego la máscara que da una falsa impresión de mi ser.


Dicho de otro modo, en una canción de El Haragán:

Soy una sombra
que vaga por las calles lluviosas
sin un sentido en la vida
con aspecto cadavérico…

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