martes, julio 28, 2015

Tres ideas sobre la información

Franklin Booth, 1906
Aunque parezca obvio, no es recomendable involucrarse de manera tan personal con los sucesos que relatan a diario los medios de comunicación, pues se corre el riesgo de sufrir demasiado. Todas las noticias les acontecen, si son ciertas, a personas que no conocemos y están a una distancia considerable de donde nos encontramos. Es cierto que siempre está en mente la empatía y no podemos ser absolutamente indiferentes ante la desgracia, sin embargo es de igual manera necesario considerar la condición de quién nos presenta la información; o sea, leer o escuchar una noticia no es estar frente al suceso, porque así no se constituye la objetividad, sino ante el discurso que alguien más emite, en parte para informar a muchas personas más, pero también para crear en ellas ciertas condiciones. No sé si es válido, por lo menos es muy frecuente que la información cause molestia e incluso dolores físicos, y esto sucede principalmente con respecto a temas deportivos y políticos.
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En ocasiones me parece que el exceso de información es tal que parece inverosímil. Si aparto las tragedias o los hechos que en verdad lastiman a las personas, descubro que recientemente hemos visto numerosos sucesos que en el fondo podrían tener una naturaleza seria o delicada y, no obstante, por mirarlas de un modo superficial, fragmentado, solamente vemos sus componentes chuscos. Estoy seguro de que, si ennumeramos los acontecimientos más trascendentes mes por mes durante los últimos tres o cuatro años (por decir lo menos), se encontrarán memes o imágenes que los representan y refieren en una reducción simpática aunque inmediata. El problema es que si a un lado de la noticia tenemos el meme, vemos una interpretación simplificada e incluso evasiva del hecho.
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Pienso que a los verdaderamente poderosos la información ni siquiera les preocupa. Todas las polémicas y denuncias de las redes sociales electrónicas deben ser invisibles para ellos -tan imperceptibles serían las conversaciones en persona, además de toda suerte de diálogos en contra de ellos adentro de las casas o de los salones de clases. Sobra decir que las burlas gráficas (caricaturas, memes) o verbales (chistes) sólo alcanzan a personajes menores en rango, de quienes nos mofamos a diario y en ocasiones nos indignamos por su conducta. Pero nada más allá.

jueves, julio 23, 2015

Tierra

julio de 2015
La honda tierra es
la suma de los muertos.
Carne unánime
de las generaciones consumidas.

Pisamos huesos,
sangre seca,  
invisibles heridas.

El polvo
que nos mancha la cara
es el vestigio
de un incesante crimen.




–José Emilio Pacheco, No me preguntes cómo pasa el tiempo