Año nuevo

Nunca tengo propósitos de año nuevo. Jamás me tomo tiempo para pensar en ello y temo que no se concreten. Eso son los propósitos: realidades deseables, proyectos y algunas pistas de cómo conseguir tal fin; pero no son garantías de nada. Tengo una lista de lo que quiero realizar y sé que lo haré: leer mucho porque he comprado demasiados libros sin poder abarcarlos, escuchar mucha música porque igualmente he descargado demasiadas cosas, ver muchas películas porque tengo una lista enorme de títulos pendientes, trataré de seguir escribiendo aquí tanto como sea posible. Todo lo demás es incertidumbre, o certezas desagradables. No tengo claro qué haré ni siquiera en las próximas semanas; viene un año complicado, política y económicamente hablando; parece que la mayoría de mis amistades se perderán en la terrible distancia, el olvido, el desinterés y otras fatalidades; en cambio, será un año más en este cuerpo inútil, que no soporto. Es decir, más que nunca, puedo ver un periodo de excesiva soledad. Qué triste.